Comentarios al 7mo. Paso

Gracias, nuevamente a Daniel G. del Grupo Jóvenes Protasio, que se ha convertido en un colaborador activo de esta pagina:

(Por cierto, nos pide que visitemos este enlace: http://www.jovenesaa.org )

SÉPTIMO PASO.

“HUMILDEMENTE LE PEDIMOS A DIOS QUE NOS LIBRASE DE NUESTROS DEFECTOS DE CARÁCTER”

Como resultado del trabajo realizado en el sexto paso, se origina la posibilidad de vernos fortalecidos en la decisión de cambiar nuestras vidas, Comenzando por ver el daño que nuestros defectos han causado; aun así, nuestros viejos patrones se han pegado a nosotros como goma, una vez más nos encontraremos en una encrucijada y el camino se nos rebelará otra vez.

El paso siete nos ofrece la llave para el uso apropiado de la voluntad: La humildad

Como este paso se ocupa de la Humildad, deseamos detenernos aquí para entender lo que es la humildad y lo que practicarla puede significar para nosotros.

El logro de un mayor grado de humildad es la base fundamental de cada uno de los Doce Pasos de recuperación; sin embargo, la humildad como palabra y como objetivo es a veces mal entendida en nuestro mundo. Muchas personas no tienen conocimiento de lo que la humildad significa y la manera de vivir: pensemos en quien dice “No lo merezco” cuando gana un premio, o “No es nada” cuando le hacen un cumplido. Puede que pensemos que humildad es obedecer ciegamente sin hacer preguntas o actuar sumisamente y dejar que nos pisoteen.

Escuchamos continuamente el orgullo que siente el hombre por sus hazañas. Los científicos le han estado arrancando sus secretos a la naturaleza: La conquista de la Luna, las técnicas creadas para obtener más alimentos, la energía nuclear, las computadoras, etc. Se piensa que una vez satisfechas las necesidades materiales de todos los seres humanos, no habrá motivo para pelearse, el mundo será feliz y los hombres habrán labrado su destino con su inteligencia y sus fuerzas.

Antes de llegar a AA, cuando nos iba bien en algo, soñábamos con grandezas. Cuando las cosas salían mal buscábamos escapar para olvidar, siempre deseábamos más, ser los primeros en todo y tener más que los demás. Ahora no menospreciamos los logros materiales pero lo que arruinaba todos nuestros esfuerzos aún los bien intencionados, era que no nos dábamos cuenta de que la formación de la personalidad y los valores espirituales están en primer lugar, y que las satisfacciones de orden material no son lo más importante en la vida.

Muchos pensamos que tener buena conducta era necesario para obtener lo que queríamos, pero nunca procuramos que la base de nuestra vida fuera la verdad, la honradez, la tolerancia y el amor verdadero a nuestros semejantes. Nos convencimos de que mientras viviéramos a base de nuestra inteligencia y nuestras fuerzas sería imposible tener confianza en un Poder Superior.

Ahora queremos librarnos de aquellas actitudes que nos convirtieron en niños y adolescentes con problemas, queremos dejar algunas, pero nos aferramos a otras porque todavía gozamos con ellas. A medida que fuimos conociendo más acerca de la humildad, el resultado fue un cambio de nuestra actitud. Empezamos superar la idea que teníamos de que Dios era algo lejano a lo que solamente se acude en casos de emergencia, ya que al no ponerlo en primer lugar nos estábamos privando de su ayuda.

Al acercarnos a lo que es el Séptimo Paso, estaría bien que averiguáramos cuáles son exactamente nuestros objetivos. Cada uno de nosotros quisiera vivir en paz consigo mismo y los demás. Comprobamos que nuestras actitudes negativas, basadas en deseos absurdos, obstaculizaron el logro de nuestros objetivos, pues hemos tenido exigencias irrazonables para con nosotros, para los demás y para con Dios.

Si queremos sentirnos bien, debemos reducir nuestras exigencias y saber la diferencia entre una exigencia y una petición.

En todo el Séptimo Paso se hace hincapié en la humildad. Se nos dice que debemos estar dispuestos a tratar de librarnos de nuestras actitudes negativas a través de la humildad, en la misma forma que admitimos que éramos impotentes ante el problema emocional y que solo algo a lo que podamos tener fé, nos podrá hacer sentir mejor.

Practicar la humildad nos ayudará a desterrar las actitudes negativas y podemos tener esperanzas de obtener el mismo resultado en cualquier problema que se nos presente.

HUMILDEMENTE LE PEDIMOS A DIOS

Ahora que hemos encontrado el verdadero significado de la palabra HUMILDAD, palabras como servicial, resignación y timidez no han funcionado para nosotros. Tampoco lo ha sido con la creencia de que humildad es un rasgo de debilidad que debe resistirse a toda costa. Después de muchas consideraciones definiremos HUMILDAD, como libertad del falso orgullo y la arrogancia.

La verdadera humildad nos permitirá ver las cosas como realmente eran y son. No le enseñaremos a nuestro Poder Superior a eliminar nuestros defectos. Tampoco se lo rogaremos. En su lugar, gentil y pasivamente se lo pediremos. A pesar de que solo un Poder Superior a nosotros mismos podrá liberarnos de nuestros defectos, nuestra cooperación también será necesaria.

Aprenderemos que el significado del verdadero cambio para nosotros se llevará a cabo, una vida sin defectos de carácter era imposible de manejar. Nos hemos preguntado que pareceríamos sin ellos. Decidimos descubrirlo ¿pero, cómo?, para nuestra respuesta nos apoyamos en miembros de AA que ya caminaron por este sendero. Se nos recomendó que demos este paso con nuestro padrino o con un amigo confiable de AA, alguien que haya trabajado este paso con algún éxito.

También se nos sugiere que empezáramos nuestra petición a Dios con una oración. La oración de la serenidad, funciona para algunos. Otros han creado su propia oración. Lo que haremos, será entrar en contacto con el Dios de nuestro entendimiento y decirle en esencia: “AQUÍ ESTOY DIOS, CON MIS DEFECTOS Y ESTOY DISPUESTO A QUE ME LIBRES DE ELLOS COMO TU CREAS NECESARIO, GRACIAS”.

Cuando nos encontramos en las angustia de alguno de estos defectos de carácter, podemos en ese momento, pedirle a Dios que nos libere de él.

Algunos de nosotros descubrimos que seguimos aferrados a un defecto en particular, temerosos de seguir adelante sin el, nos dirigimos nuevamente al sexto paso y una vez más pedimos a nuestro Poder Superior la dirección, para estar enteramente dispuestos a dejar que eliminase todos nuestros defectos. Nunca esperamos sentir pena o dolor por lo que habíamos llegado a creer que era deteriorante para nuestra felicidad.

Empezamos a ver que estos VIEJOS AMIGOS nos habían servido bien. Como a un salvavidas de la infancia que ya no nos queda y hacemos a un lado.

Fortalecidos por la acción que tomamos en este paso, estuvimos listos para trabajar en el octavo paso.